jueves, 19 de febrero de 2015

¿Cómo son tus expectativas?

¿Cómo son tus expectativas? 

Por Dr. César Lozano.

Espera mas siempre y recibirás mas

Hace tiempo una amiga me dijo: “Lo ideal para no sufrir es no esperar nada de la gente”. ¡Sopas! Así de tajante fue su afirmación. Me comentaba que esa técnica le había funcionado porque había tenido un sin fin de decepciones de diferente índole y que se había propuesto no tener expectativas altas ni de las personas ni de las circunstancias. “¡Que fluya lo que tenga que fluir y ya!” –afirmó.

Al analizar sus palabras recordé un artículo que yo publiqué donde recomendaba que bajo ciertas circunstancias es bueno dejar que las cosas fluyan y en determinados momentos es saludable. Yo me refería a esos instantes donde después de muchos esfuerzos por lograr lo que deseas, sólo el tiempo y la gente que tenga la decisión final será quienes den solución o no a determinado hecho.

Hay momentos que es conveniente dejar que Dios y el tiempo hagan lo suyo, pero enfaticé en evitar la tentación de caer en la mediocridad de dejar que el tiempo y el ser supremo hagan la chamba que por naturaleza deberíamos realizar cada uno de nosotros.
Es conveniente saber siempre que es lo que queremos. ¿Que y como nos vemos en un futuro? ¿Con quien? Tener objetivos por cumplir siempre dará un rumbo a nuestras vidas, porque si no cualquier viento es favorable o dañino. No podemos evaluar lo que no medimos y también el rumbo de nuestras vidas se puede medir si antes hacemos un plan.

La gente con actitud positiva tiene la capacidad de adaptarse ante un acontecimiento inesperado. Es una madurez que se adquiere a base de experiencia y generalmente con excelentes resultados en el factor felicidad.
Quienes son “cuadrados” en su manera de ser y actuar, sufren depresiones constantes al constatar que las cosas no salen como lo esperaban y tienen grandes dificultades para adaptarse a esos cambios  inesperados o indeseables.
Muy diferentes son los resultados de quienes esperan mucho ya que al desearlo se atrae el éxito y la prosperidad.

Quienes tienen expectativas bajas piensan o se expresan así:  
“Ojalá consiga un trabajo para poder salir de tantas deudas y mínimo poder mantener a mi familia”
Quienes tienen expectativas altas dirían: “Deseo un trabajo que me de tantas satisfacciones que me permita vivir holgadamente y tener lo suficiente para mi futuro”. No  es malo ambicionar. Lo malo radica en la falsa creencia de que el dinero y las cosas son solamente lo que lo proporciona.
“Ojalá pase el examen”
Obviamente una expectativa no solamente baja, sino mediocre. Ya que quienes desean mucho dicen: “Me he esforzado tanto que merezco una alta calificación” Y te aseguro que se incrementan las posibilidades de que las obtengas ya que he aprendido que el éxito en la vida depende mucho de la actitud, seguridad y confianza que se tenga.
“Ya no deseo ser feliz, solamente no tener broncas…”
¿Eso sería para ti el concepto de estabilidad? ¿No tener broncas? Para quienes tenemos altas expectativas el concepto va mucho mas allá de eso.
“Sueño con una casita aunque sea pequeña pero muy bonita…”
Decir “aunque sea” es tirarle a lo poquitero. Si te gustan las cosas pequeñas –que feo se oyó eso- pues no digas “aunque sea”.
“Con que me toque una mujer noble, buena y que me quiera mucho...”
“Mira, que no sea un borracho o un mujeriego…”
Expresarse así es como querer agarrar lo que sea. Es mejor tener expectativas mucho más altas, sobre todo porque se trata de una de las decisiones más importantes en las que se finca la felicidad que es con quien compartes tu vida.
Quienes tienen expectativas altas cambian completamente su forma de pensar y expresar. Eleva tus expectativas económicas y en el amor.
El nivel de expectativas en la vida está en proporción directa con lo que vas a obtener. Tanto en la vida como en los negocios quien espera mucho, obtiene eso y mas. Esto lo afirma la ley de las Expectativas.
Esta ley establece que según lo que esperes, así lo obtendrás.

En esto se basa también la ley de la atracción. Atraes a tu vida lo que mas pienses o lo que mas sientas. Estoy seguro que lo haz constatado cuando deseas algo con mucha fe, como lo es un empleo, una casa, o una persona con quien compartir tu vida. Al paso del tiempo encuentras exactamente lo que tanto haz deseado y exclamas “¡No puede ser que siempre quise tener una casa así y es exactamente la que me están ofreciendo en venta. ¡Siempre busque a un mujer como tu!.
Hay quienes sin darse cuenta ahuyentan el dinero de sus vidas porque piensan negativamente sobre él: “el dinero corrompe, el dinero no compra la felicidad, los ricos nos van al cielo y otras frases más”.

Cuando hablamos así espantamos al dinero. Que sucedería si hoy le dijeras a tu pareja: “No te necesito para ser feliz”. ¡Te aseguro que se te armaría una broncota tremenda! Esto mismo sucede con el dinero, si lo desprecias se aleja.
Con esto no quiero decir que la felicidad depende únicamente del dinero ya que estoy consciente que la felicidad se encuentra en la satisfacción personal, en hacer lo que te agrada y encontrarle sentido a la vida. Pero no hay nada malo en desear tener dinero que te proporcione seguridad, tranquilidad y satisfacción.

Tener expectativas bajas equivale a tener un techo imaginario que te impide crecer más y dar u obtener lo mejor que por naturaleza está destinado para ti y que muchos no lo obtienen porque no creen poder hacerlo.
Buen augurio para el éxito es tener altas expectativas ya que los sueños se cumplen a quien lo espera; la mejor gente se acerca a quien lo cree y la felicidad está presente en quien lo decide diariamente.

¡Animo!
Hasta la próxima.

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