viernes, 20 de febrero de 2015

Superando el fracaso

Superando el fracaso

Por Dr César Lozano

-“Fracasé en mi intento por lograrlo…”-
-“Estuve a punto de obtener el puesto, pero al final fracasé en el examen final…”-
-“Confié tanto en esta persona para hacer el negocio y mira me defraudó y fue para mi un tremendo fracaso…”-
-“Tuve un fracaso en mi matrimonio…”-
“Fracaso”, ¿no se te hace una palabra muy agresiva y determinante?  Esta palabra se hace presente en el vocabulario de muchas personas que esperaban o deseaban que algo sucediera y no fue así.

El problema se agudiza cuando ponemos un adjetivo tan apabullador a algo que no sucedió como queríamos y es precisamente uno de los más grandes problemas que la gente tiene al juzgar rápidamente una situación aislada y la califican como un fracaso.  El hecho que te haya ido mal en un examen, no significa que estés fracasado en una carrera profesional;  si te fue mal en un proyecto laboral, no significa que seas un fracasado en tu trabajo; si alguien no valoró mi confianza, no significa que no pueda seguir creyendo en la amistad.  En el amor esto es más común, el rompimiento doloroso de una relación, no significa que la vida no tenga alguna sorpresa destinada para mi.

Tendemos a globalizar el fracaso y estoy convencido de que es una de las causas más frecuentes de depresión y baja autoestima y más porque somos nosotros mismos quienes ponemos el adjetivo.

Es imposible desligar la palabra fracaso al éxito, que podría considerarse lo contrario. Es por eso que quiero compartir contigo la mejor definición que, a mi punto de vista, engloba mejor el éxito: “Saber lo que quiero, poner mi mejor esfuerzo para lograrlo, disfrutar en el camino y procurar sembrar amor y armonía con quienes convivo”.

Sería muy arriesgado afirmar que el fracaso es ausencia de éxito.  Digo esto por las veces en las cuales tu y yo hemos expresado lo mal que nos fue por algo que no se obtuvo y que gracias a eso, aprovechamos una mejor oportunidad y, por consecuencia, nos fue mucho mejor.
Estoy convencido que el fracaso está y estará siempre presente en la vida de cada uno de nosotros y no por eso me convertiré en un fracasado.

Según una exhaustiva investigación realizada por la Dra.  Luisa Amos, catedrática de la Universidad de Tulane, el promedio de veces que los hombres de negocios fracasan antes de dar con el éxito es de 3.8 y  no se desalientan por problemas, fracasos o errores.  Están convencidos que tres pasos hacia delante y dos hacia atrás, equivale a un paso hacia adelante.

Si en la infancia tuviste la gran fortuna de saber y entender esto, y gracias a tus padres o profesores aprendiste que el fracaso es parte del desarrollo, habrás obtenido uno de los mejores aprendizajes de vida. Cuántos padres queremos que nuestros hijos no sufran y nos las pasamos sobreprotegiéndolos, logrando de esta forma que no aprendan a manejar la frustración.

Recuerdo la anécdota de aquel hombre que al ver cómo una oruga batallaba para abrirse, se compadece y ayuda a salir a la mariposa. Efectivamente, la mariposa sale extiende sus alas, pero nunca logra emprender el vuelo. Por naturaleza, la mariposa necesita “batallar” para que las alas y patas se desarrollen correctamente y esté saludable.  Esto mismo hacemos con la gente que queremos, tendemos a evitar el fracaso y el sufrimiento y lo que hacemos es hacerlos dependientes y vulnerables al sufrimiento.

En Texas se hizo común un adagio que dice: “No importa cuánta leche derrames, lo que importa es no perder la vaca”.

Lo bueno cuesta  y ¡mucho! y avanzamos notablemente cuando entendemos que los fracasos son aprendizajes y que todos los caminos al éxito pasan por la tierra del fracaso. En otras palabras, el fracaso es simplemente un precio que hay que pagar para llegar al éxito.

He constatado dos conductas que podemos tomar ante los problemas o fracasos del pasado:   Las personas se hunden en una crisis o dicho fracaso las impulsa hacia delante.

No olvidemos que la historia está llena de personajes célebres que vivieron múltiples fracasos antes de llegar al éxito. Por mencionar algunos, el Coronel Sanders, creador de la receta secreta del pollo tan conocido. ¡Nadie le hacia caso en sus inicios!  La vida llena de calamidades de Benjamín Franklin y que después de todo lo vivido, fue uno de los presidentes más queridos en la historia de los Estados Unidos.  Thomas Alba Edison y sus cientos de intentos por inventar la bombilla eléctrica, ahora llamada foco,  y siempre que le preguntaban si no se sentía fracasado, siempre contestaba: “¡No he fracasado! ¡Conozco cientos de formas cómo no se hace una bombilla eléctrica!  Los Hermanos Oville y Wilbur Wright, quienes después de múltiples fracasos, logran emprender el primer vuelo en aeroplano el día 17 de Diciembre de 1903.

No dudo que no hayas padecido algunos fracasos o sinsabores en la vida, pero es precisamente esos problemas los que hacen que valoremos más lo que logramos.

No olvides las palabras que muy acertadamente escribió John Maxwell:   “Las personas cambian cuando sufren tanto que tienen que hacerlo; aprenden lo suficiente que desean hacerlo, y/o  reciben tanto que están en condiciones de hacerlo”.

¡ANIMO!
¡Hasta la próxima!

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